TDAH: Población vulnerable a las adicciones.

TDHA población vulnerable a las adicciones

Escrito por: Cecilia Aguilar

Existe una hipótesis: “los niños con TDAH, predominantemente en la adolescencia, tienen un mayor riesgo de abuso o adicción a sustancias”

¿Qué tan cierto es esto?

Sabemos que el Trastorno por Déficit de Atención (TDAH) tiene diversas implicaciones que afectan por igual a niños, adolescentes y adultos. En este panorama, existe mayor predisposición a desarrollar adicción o abuso al consumo de sustancias a edad cada vez más temprana, mostrando repercusiones negativas si no se cuenta con una detección y tratamiento adecuados.

Asimismo, existen numerosos factores (familiares, psicológicos, problemas personales y de convivencia social) para que principalmente los adolescentes tengan contacto directo con el abuso de sustancias.

Pero, antes de esto, ¿qué podemos considerar como adicciones?

El Dr. Rodrigo Marín Navarrete, especialista en Salud Mental y Adicciones en el Hospital Ángeles del Pedregal, define las adicciones como “una relación patológica (enferma) con un objeto o alguna conducta”. Las adicciones consisten en un grupo de síntomas, psicológicos(conductuales, emocionales y cognitivos) y fisiológicos que indican que el individuo continua ejerciendo la conducta a pesar de la aparición de problemas significativos relacionados con ella, además del incremento de la misma y la aparición de sensaciones de displacer al intentar abandonarla.

Son los adolescentes el rango de población más expuesto a recibir impactos por la publicidad, los medios de comunicación y la misma sociedad a través de diversos mensajes que generan adicción a distintas cosas: conductas adictivas al sexo, internet, videojuegos, deporte, comer compulsivamente, sobre todo aquéllas donde se puede hablar directamente de la ingesta de sustancias psicotrópicas (principalmente tabaco, drogas y alcohol).

Es claro también que en esta etapa se presentan cambios físicos, psicológicos, emocionales y de conducta logran confundir a los adolescentes; y la necesidad de salir de ese mismo estado los lleva muchas veces a buscar formas de alcanzar satisfacción inmediata a sus necesidades.

Finalmente, el entorno es un escenario que puede detonar o generar la comorbilidad adictiva. Es decir, intervienen elementos multifactoriales (violencia, falta de pertenencia a grupos en común, baja autoestima, familia disfuncional, dificultades económicas, entre otros) para que se pueda considerar la existencia de abuso a sustancias.

¿Son los niños con TDAH más propensos a caer en alguna adicción?

El TDAH es un trastorno de origen neurobiológico con una carga genética superior al 70%; caracterizado por un desfase de los neurotransmisores, fundamentalmente la dopamina, serotonina y la noradrenalina. La impulsividad, entre otros factores representativos, principalmente lleva a los adolescentes a experimentar el consumo de sustancias psicotrópicas que por ensayo-error les hace sentir un estado de funcionalidad y aceptación social.

Por tanto, es común la prevalencia del TDAH en consumidores de sustancias como alcohol, cocaína o heroína; y similar es la presencia de pacientes con TDAH predispuestos a volverse dependientes de sustancias.

No obstante, la adicción a sustancias, independientemente de la existencia del TDAH, significa una alteración visible para el paciente, ocasionándole consecuencias legales, enfermedades médicas (cirrosis, perforación de pulmón, muerte cerebral, etcétera) repercusiones familiares y sociales, laborales, psicológicas (depresión, ansiedad, suicidio, etcétera), sexuales, espirituales, entre otras áreas.

Bajo esta perspectiva, a los padres de familia les preocupa el contacto cercano que niños y adolescentes con TDAH tienen con psicoactivos. Por ejemplo, el consumo de estimulantes como el metilfenidato, risperidona, atomoxetina, etcétera que son utilizados para el tratamiento y control de la sintomatología propia del paciente.

Diversas posturas se han generado referente al uso de estos medicamentos, comparando sus efectos con el de sustancias adictivas como la cocaína. Pese a que ambas logran elevar los niveles cerebrales del neurotransmisor faltante en el TDAH: la dopamina, existen diferencias graduales en sus efectos.

Hay que aclarar que las drogas generan un efecto de euforia y saciedad del placer, en oposición los medicamentos propios para el tratamiento del TDAH se encaminan a liberar mayor cantidad de serotonina y con ello enfocar la concentración del paciente (rendimiento).

Es decir, no existen estudios que señalen los diversos medicamentos destinados al control del TDAH no incrementan ni generan riesgo alguno (adicción) como se podría pensar.

Cómo padres, ¿qué hacer para prevenirlo?

Las consecuencias del Trastorno por Dependencia a Sustancias en pacientes con TDAH derivan, como se ha dicho, en dificultades de grandes dimensiones. Sin embargo, la prevención de esta problemática es un punto de interés especial, y como tal requiere un tratamiento riguroso tanto médico como psicológico.

• Ante todo, es esencial acudir con un especialista que deberá comenzar con una serie de evaluaciones y estudios para indicarte las medidas adecuadas para el tratamiento de tu hijo, considerando las particularidades de medicación referente al TDAH con que ya cuente.
• Recuerda, los padres son una herramienta especial en este camino, pero es muy importante se encuentren asesorados y mantengan una comunicación funcional (apertura al diálogo) para fortalecer la autoestima y entendimiento a las necesidades de sus hijos. El buscar un espacio para platicar, por ejemplo, destinar 15 minutos diarios para conversar sobre lo trascendente del día o la semana es un escenario idóneo para fortalecer su relación.
• La psi coeducación (aceptación y manejo) del paciente y la familia sobre esta problemática es importante siempre y cuando se tenga apertura a las diferentes maneras de tratamiento que requiera el caso. Puedes considerar también el abordaje psicológico (terapia familiar y tratamiento conductual).
• Empieza a ocuparte e involucrarte en los gustos de tu hijo, mostrarle apoyo y confianza así como respetar su privacidad e independencia puede contrarrestar los impactos derivados de las conductas adictivas (factores de riesgo).
• La práctica de ejercicio físico (entrenamientos, deportes) permite a los jóvenes y niños concentrar su energía y lograr una mayor satisfacción con sus actividades diarias. • Por último, propicia las actividades de esparcimiento enfocadas a visitar lugares al aire libre, ya que es conveniente evitar lugares cerrados donde se pueda sentir agobiado por aglomeración de gente.

El Proyectodah brinda espacios de capacitación para padres de familia, mediante sesiones teórico-prácticas para que obtengan conocimientos y habilidades para la prevención y solución de problemas como lo son las adicciones en el TDAH.

Referencias:

Hernández Hernández, M. (2012). Trastorno por déficit de atención a lo largo de la vida. En M. Ruiz García, & J. M. Sauceda García, Trastorno por déficit de atención a lo largo de la vida (págs. 39-40). México: Alfil.

Martínez Coll, J. C. (Abril de 2012). Contribuciones a las Ciencias Sociales. Recuperado el Abril de 2013, de http://www.eumed.net/rev/cccss/20/mh.html

López-Ibor, J. J., & Valdés Miyar, M. (2005). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM IV-TR. Barcelona: MASSON.


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